En cualquier organización, la inercia del día a día, muchas veces lleva al equipo de trabajo a desarrollar mecanismos, hábitos y actitudes que quedan perpetuas sin ni tan siquiera plantearse si son las adecuadas para responder a las necesidades en su funcionamiento. Muy probablemente, estos efectos son consecuencia de una falta de planificación, estrategia e incluso dirección de hacia donde vamos.

Veremos con un ejemplo cuáles pueden ser las consecuencias de carecer de estrategia en una empresa.

Ejemplo:

Empresa suministradora de material de oficina a otras organizaciones, empresas e instituciones. Recorrido de 10 años, acomodada en el mercado local y con un cierto grado de tensión en la tesorería por diferencias temporales entre el pago a proveedores y el cobro de clientes. 

Por lo tanto, ¿la inercia sin estrategia qué puede causar?

  1. Desmotivación

No disponer de un plan estratégico da lugar a la no existencia de objetivos y a la no focalización del equipo. Esto genera desconfianza porque el equipo no sabe hacia dónde se dirige la empresa y el personal se asienta en la desidia, a un menor compromiso con las tareas y en limitarse a cumplir con lo que me lleve el día. No hay voluntad de mejora.

Personal no implicado y sin espíritu de mejora en las tareas diarias: No control del stock del almacén, alargo de plazos en la entrega de artículos de oficina a los clientes por falta de previsión de stock.

2.     Decisiones individuales del equipo

Sin estrategia el equipo de trabajo se desarrolla según su criterio personal. Toma decisiones individuales ante situaciones concretas. El equipo no está alineado porque no sabe donde va y se reducen las probabilidades de coordinación y cooperación.

Sin estrategia el flujo de información y comunicación entre el equipo no fluye y no hay una estructura formal para canalizarla y por tanto, se pierde mucha información importante en el camino.

El responsable de almacén no comunica al departamento comercial ni al departamento de compras del nivel stock en almacén. Por tanto, se sigue ofreciendo al cliente artículos que no llegaran al momento acordado con el cliente y el departamento de compras no está realizando pedidos al proveedor para reponer el stock.

3.     No control sobre las variables económicas

La no estrategia no permite diseñar unos presupuestos adecuados ni hacer previsiones para los años siguientes y lleva a recurrir al copiar/pegar del presupuesto real del año anterior. Sin estrategia no hay manera de determinar índices clave porque no sabes qué hay que medir y por tanto nada que mejorar. 

El controler cree que el valor económico del stock en almacén es debido a la alineación de este con las ventas cuando en realidad hay falta de suministro.

4.     No flexibilidad

En un escenario sin estrategia y avanzando según la inercia, si se produce un hecho inesperado en el mercado/sector/competencia que afecta a tu demanda, no tienes margen para tomar decisiones adecuadas porque no conoces los puntos débiles de tu empresa, ni los fuertes. No dispones de flexibilidad para tomar decisiones acertadas para la corrección o cambio de dirección.

No hay objetivo, no hay control. Por lo tanto, no se toman decisiones para corregir la situación de forma interna. Cuando se reciban reclamaciones del cliente por entrega tardía del pedido será cuando salten las alarmas.

La implementación de una estrategia permite analizar en primer lugar, los procesos establecidos y detectar las debilidades y fortalezas para luego implementar acciones, conseguir mayor eficiencia y control y obtener ventajas competitivas.

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