En el artículo de esta semana queremos acercar al lector palabras y conceptos que se utilizan en el ámbito de la gestión empresarial y que vemos lejanas, ya sea por desconocimiento y/o desinterés. No obstante, comprenderlas y tenerlas presentes nos ayudan en el día a día para avanzar.
En Cataluña, según el IDESCAT en enero del 2019, el 94,7% de empresas con establecimiento tienen entre 0 y 9 trabajadores asalariados. Este dato es indicativo del conglomerado empresarial de pequeñas empresas y de la existencia de una red amplísima de gestores propios.
Otra de las características de las microempresas es que están lideradas mayoritariamente por gestores liberales, más bien con profesiones vocacionales y/o con una motivación empresarial que los llevó a emprender. La gestión de sus empresas y equipos de trabajo se considera una tarea ‘colateral’ al desarrollo de su propio talento y del de su equipo. No obstante, está claro que el éxito de su empresa depende de una buena dosis de suerte e intuición pero, también, de la toma correcta de decisiones y un mínimo control de conceptos empresariales y financieros que les ayuden a avanzar. No siempre estos conceptos están presentes y el día a día lleva a trabajar pensando solamente en la liquidez para los pagos a fin de mes.
Presentamos aquí un pequeño glosario de conceptos con los que los gestores deben familiarizarse por su bien y el de su empresa:
ESTRATEGIA
Para definir la estrategia de nuestra empresa debemos contestar honestamente a la pregunta ¿PARA QUÉ? - Atención: No es ¿Por qué? - ¿Para qué emprendo? ¿Para qué quiero crear una empresa? ¿Qué quiero aportar?. A partir de las respuestas halladas se trata de marcarse metas y objetivos y determinar qué acciones llevaremos a cabo para conseguirlas y de qué medios disponemos para ello. Sin estrategia no hay camino ni rumbo marcado, no hay alineación del equipo y cada uno libra su propia batalla en el día a día. Igual de importante es la revisión de la estrategia para adaptarla a los cambios en el entorno, de la competencia y en las necesidades de los posibles clientes.
Existen varios marcos y herramientas que ayudan a determinar, gestionar, controlar y revisar la estrategia. Uno de los marcos de trabajo son los OKR, podéis visitar nuestro bloc (monBloc) de monshot si tenéis curiosidad.
CUADROS DE MANDO (Dashboards)
Los cuadros de mando son un conjunto de indicadores, métricas y ratios que ayudan a los gestores de las empresas en la toma de decisiones, ya sean estratégicas, operacionales o financieras. Los cuadros de mando se diseñan adaptándolos a las necesidades de cada gestor.
Los indicadores que deben formar los cuadros de mando se escogen, entre otras variables, dependiendo de:
- Estrategia marcada.
- Sector donde operamos.
- Variables estratégicas de la empresa.
- Líneas de negocio.
- Necesidades financieras.
- Importancia de la competencia.
- Composición del mercado.
Los cuadros de mando se conocen actualmente como Dashboards y existen múltiples programas online y ERP que ayudan a crearlos si dispones de la información en bases de datos. El Excel es una herramienta conocida que también permite construir un cuadro de mando básico, para empezar.
REPORTING
El reporting es la transmisión de información operacional y financiera desde aquellos que la controlan hacia los que la necesitan para la toma de decisiones. Esta transmisión no es unidireccional hacia el equipo directivo. El reporting va en todas direcciones y entre todos los miembros del equipo.
Es muy importante que la información que se quiera transmitir sea clara, concisa y directa para que sea útil para una toma de decisiones ágil y rigurosa. Los cuadros de mando ya definidos pueden ayudar a vehicular esta información.
Actualmente, mediante el uso de los dashboards y las herramientas colaborativas (Trello, Smartsheet, Slack, por poner algunos ejemplos) la transmisión de esta información es mucho más directa y ahorra tiempo.
FLUJO DE CAJA (Cashflow)
El flujo de caja es un indicador que nos informa sobre la salud de nuestro negocio en términos de liquidez, es decir, de disposición de saldo en el banco.
El Cashflow está formado por los flujos de caja operacionales (actividad de explotación propia de la empresa), de inversión (compra de equipamiento) y de financiamiento (préstamos, acciones, dividendos…). Estos niveles deben estar bien tratados en un cuadro de mando para tener la información al día y estar alerta cuando el semáforo se ponga en ámbar.
Un buen nivel de cashflow nos da tranquilidad a medio y largo plazo, por tanto, es una variable clave en la gestión. A la contra, niveles bajos de cashflow nos deben poner en alerta para tomar decisiones para la mejora de la liquidez futura.
RENTABILIDAD
La rentabilidad de una empresa es la capacidad que tiene de generar beneficios con relación a sus ventas, activos y/o recursos propios. Si estas diferencias permiten mantener la empresa en el tiempo es que es rentable.
Si hablamos de operaciones concretas mayoritariamente de inversión, la rentabilidad se calcula dividiendo el beneficio total y el valor inicial de la inversión. Si lo multiplicas por 100 obtienes el porcentaje de rentabilidad.
Si el % es superior al tipo de interés actual, será indicativo que la inversión ha sido beneficiosa porque da más ganancias que mantener el dinero en una cuenta corriente remunerada.
APALANCAMIENTO FINANCIERO
El apalancamiento financiero nos da información sobre el porcentaje utilizado de recursos propios para financiar una inversión. Los recursos propios son aquellos que genera la empresa con su actividad ordinaria y que su origen no es prestado de externos (entidades financieras y otros).
Se produce apalancamiento financiero cuando la rentabilidad de la operación es superior a la tasa de interés de las deudas. El apalancamiento puede ser positivo siempre que la rentabilidad esperada de la operación que estamos realizando sea superior al coste de los recursos destinados a ella.
CUENTA DE EXPLOTACIÓN
La cuenta de explotación informa de la diferencia entre ingresos (cuentas del grupo 7 del plan contable) y gastos (cuentas del grupo 6) de una empresa en un periodo determinado de tiempo (normalmente año fiscal) fijándonos en el desarrollo propio de la actividad.
Esta herramienta nos da información sobre la actividad ordinaria de la empresa sin tener en cuenta la estructura financiera (flujos pendientes de cobro y pago con terceros) ni la estructura fiscal (impuestos) con lo que nos da información de la salud del negocio en sí, al finalizar el período.
Forma parte de la cuenta de resultados contables, donde se tiene en cuenta también los gastos e ingresos financieros y los impuestos, con lo que obtenemos información sobre la salud de la empresa en un momento determinado.
Está claro que existen muchos más conceptos empresariales, económicos y financieros que ocupan el día a día de las pymes y empresas más grandes, pero para empezar desde el principio los descritos en este artículo son la propuesta de monshot: simple, ágil y práctico.