La semana pasada la administración central presentó un documento de 600 páginas explicando como debería ser la España del 2050: España 2050: Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional a Largo Plazo

Muchos se habrán puesto las manos en la cabeza pensando que  con el trabajo que hay actualmente como para ir pensando como estará todo dentro de 30 años. Desde nuestro punto de vista, la visión es errónea: pensar en el futuro próximo debería determinar como actúas aquí y ahora.  

Para otros es esencial determinar una visión de escenario futuro y focalizarse en como queremos que sea, aunque con el tiempo tengas que adaptar los planes y modificarlos. Planificar mínimamente el futuro  que queremos transmite seguridad, convicción, motivación y dirección; sobre todo si lideras un equipo que confía en ti. 

En este monBloc, en el artículo Pensament moonshot de octubre del 2020, ya hablamos del concepto Moonshot, disparo a la luna, para enfocar al equipo hacia una dirección con el que alineas y motivas a todos sus miembros, por muy lejano y utópico que sea ese objetivo.

Cuando elaboramos un plan y planteamos objetivos es esencial centrarse en el PARA QUÉ nos  enfocamos hacia lo decidido. ¿qué queremos conseguir?, ¿a dónde queremos llegar? Es un planteamiento muy distinto si nos preguntamos el POR QUÉ. Este último mira al futuro, pero también al pasado, el PARA QUÉ está  enfocado totalmente al porvenir y da una dimensión más amplia, aunque te obliga a ser concreto en la acción. El POR QUÉ te hace mirar atrás. Este tema da para otro artículo que llegará. 

El concepto moonshot incluye también como matiz principal el diseño del plan desde un punto de vista disruptivo, creativo y rompedor con la idea de ir a por todas hacia el objetivo marcado. Habrá que ver si la administración central apuesta por esto. 

Lo interesante de todo ello no es solamente la determinación de los moonshots (no deben ser un número  elevado, al contrario, ya que lleva a la dispersión en el foco) sino la aplicación de un plan de desarrollo de acciones y medición de sus resultados en fases temporales para controlar si nuestro disparo sigue enfocado a la luna. Además, durante el camino vas aprendiendo y adaptando el moonshot y el plan pero sin dejar de actuar. 

Es esencial desgranar el moonshot para sacarlo del papel y de la intención y el deseo, para bajarlo a la práctica, a la acción y hacerlo real. 

El gobierno de Sánchez, en el documento, plantea los desafíos futuros como los siguientes: 

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Fuente: España 2050: Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional a Largo Plazo

Y a partir de estos desafíos plantea 50 objetivos a largo plazo (resumidos en indicadores de la pagina 393 a 402). Estos indicadores muestran proyecciones hasta dentro 30 años con los que se deben controlar si las acciones planificadas están dando sus frutos. 

No entraremos a valorar si los objetivos, acciones e indicadores son los indicados porque ahí entra obviamente la estrategia política según el color del traje que vistes. Pero sí  valoramos positivamente la publicación de estas intenciones, de las que puedes estar de acuerdo o no y esperar si se cumplen o no. Lo que esta claro es que es  importante planificar y tener una visión de donde quieres estar en el largo plazo para seguir un rumbo  con  sentido. Las decisiones deben tomarse siempre teniendo presente ese rumbo marcado. 

En la siguiente infografia simplificaciones el proceso de elaboración del plan: