Seguimos desgranando los valores que aportó el Manifiesto Agile hace justo estos días 20 años. Esta semana nos enfocamos hacia el segundo valor de los 4 que forman la base de las metodologías Agile.

Los valores Agile nos transmiten los cambios culturales necesarios para convencer al público de que nuestro servicio o producto le aporta valor y le cubre sus necesidades. Los valores que predica el manifiesto no son herramientas, ni medidas ni métodos concretos, cada cual desarrollará y aplicará el que crea conveniente para conseguir la aportación de valor. Es un cambio de chip, un avance en la mentalidad y una forma de pensar, incluso de ser. Salir de lo estático para ir a lo dinámico, de lo inmóvil a la flexibilidad para adaptarse al entorno cambiante y a la creencia y confianza sobre las personas.

En el blog de monshot, monBloc, podéis leer el artículo #Tip6_AGILE ¿el qué?, que contiene un breve resumen del contenido del Manifiesto Agile así como el artículo de la semana pasada dónde nos centramos en el primer valor: #Tip13_AGILE_V1_Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas.

Centrémonos en el segundo valor AGILE: 

SOFTWARE FUNCIONANDO SOBRE DOCUMENTACIÓN EXTENSIVA

Aunque esta premisa se centre en el desarrollo del software debemos entenderlo como el producto o servicio que queremos ofrecer de forma genérica. El sector de la programación informática para el desarrollo de software fue el origen del Manifiesto, pero los valores Agile se extendieron y se adaptaron desde entonces al resto de sectores como nueva manera de trabajar y enfocar las empresas y organizaciones.

¿Qué nos dice?

  • Software funcionando se refiere a funcionar para ser útil y crear valor, funcionando ahora y no después.  Si el producto/servicio funciona y no tiene fallos, al cliente no le importa si el proceso está delimitado y documentado al dedillo.
  • Se centra en la entrega temprana del producto al cliente para conseguir feedback o retroalimentación y la mejora del producto en entregas posteriores.
  • No es necesario documentar de forma excesiva los resultados de los procesos productivos o protocolos de desarrollo del producto.
  • La documentación extensiva crea entornos estáticos con procesos demasiado fijos en el  desarrollo, poco adaptables a cambios del entorno.

¿Para qué?

  • Para avanzar en el proceso y entrega de valor al cliente.
  • Para poner el foco en la retroalimentación con el cliente para encontrar nuevas ideas y localizar errores para cubrir la necesidad del cliente.
  • Para obtener mejoras en las funcionalidades del producto entregable.
  • Agilizar los métodos de producción.
  • Si la documentación no aporta valor final al producto no es necesaria.
  • Crear entornos flexibles en las empresas para poder adaptar los procesos a los cambios externos.
  • Para tratar de centrarnos en mecanismos más dinámicos y flexibles como la comunicación entre el responsable de funcionamiento, el trabajo en equipo y la autonomía.

Con todas estas propuestas, no se pretende eliminar la documentación ni mucho menos. Siempre es necesaria disponer de ella ante dudas y discordancias, pero como apoyo y no como herramienta central para la consecución de unos objetivos. La excesiva disposición de documentación también conlleva a pérdidas de tiempo y disminución de la eficiencia y resolución de problemas. Ante según qué incidencias en un proceso productivo, una reunión rápida de los implicados puede resolver el problema en vez de distraerse en los papeles. Como siempre, hay excepciones, pero debemos quedarnos con la idea de que este valor pretende transformar poco a poco la cultura de trabajo desde la fijación de protocolos a entornos más flexibles para la adaptación a situaciones cambiantes.

Adjunto un link de un artículo de Jose Huerta, gestor TI e Ingeniero de Telecomunicaciones que analiza este valor enfocado en el sector propio del desarrollo de software, pero nos da una visión muy directa y clara de su significado: Software funcionando sobre documentación extensiva