13 de enero de 2021

#Tip9_ Organización horizontal vs vertical

La dicotomía entre la organización horizontal y vertical de las empresas siempre se está debatiendo en los foros empresariales y estratégicos. Según el sector en el que nos fijamos y las características internas y del entorno de cada empresa la elección de un tipo u otro de organización puede tener sentido. Ejemplo de éxito de ello son las dispares McDonald’s y Netflix.

McDonald’s, empresa de fast food expandida por todo el mundo, tiene una estructura vertical, con flujos de trabajo de arriba a abajo, gran control de las tareas y especificidad del personal. En el siguiente artículo publicado por la consultora McKinsey & Company donde entrevistaban a Kevin Ozan, nombrado director financiero de McDonald’sen 2015 encontraremos algunas ideas de por qué tiene éxito: ‘Fast action’ in fast food: McDonald’s CFO on why the company is growing again.   

 Por otro lado, la plataforma de contenidos Netflix es un claro ejemplo de organización horizontal o plana, basándose en valores como la creatividad, libertad con responsabilidad y la autogestión. En este corto vídeo podéis escuchar a miembros del equipo de Netflix explicar como trabajan y toman decisiones.

En contextos VUCA (volátiles, inciertos, complejos y ambiguos) como el actual, la tendencia es aplicar estructuras horizontales, tanto para pymes como grandes empresas, para generar entornos más ágiles y no estancos y ser más flexibles ante cambios del entorno.

 De ahí que la organización vertical, la tradicional, diseñada mediante organigramas piramidales, departamentos o silos, con centros estancos de trabajo ya no funciona. Son estáticos, poco flexibles y normalmente la información y directrices van siempre de arriba abajo. Los equipos verticales favorecen el control, un reparto de tareas más concretos y la promoción de los empleados, ya que quedan mucho más claros los roles de los trabajadores.

En la organización horizontal, los equipos están formados por miembros con distintas capacidades, aptitudes e intereses. La organización por silos se diluye y los equipos trabajan de forma colaborativa para cumplir con unos objetivos, basándose en valores, de forma autónoma y autogestionada.

De ahí que presentamos 5 razones para apostar por una organización horizontal en vez de vertical, en el contexto actual:

  1. Autogestión y autonomía

Se dota a los equipos de autonomía e independencia para gestionarse. Entre todo el equipo se plantean los objetivos a cumplir y el equipo se autogestiona siguiendo los valores establecidos, basada en las capacidades de los miembros de cada equipo, mucho más productivos que en una organización vertical.

2. Aprovechar capacidades

Las distintas capacidades de los miembros del equipo dan lugar a una retroalimentación entre ellos que fomenta una mayor productividad en el resultado. 

En una organización vertical, los miembros de un mismo equipo de trabajo tienen la misma formación y el mismo perfil. El trabajo puede desencadenar a tareas rutinarias y a la desmotivación.

3. Transversalidad

La transversalidad de los equipos da lugar a que el objetivo a acometer sea encarado desde distintos puntos de vista. Al tratarse de un equipo multidisciplinar, las aportaciones son diversas y ello genera mayor creatividad, contraste y amplitud de miras. La cooperación y colaboración son básicas para el buen funcionamiento de estas organizaciones.

4. Motivación

Los equipos formados por miembros con distintas capacidades y formaciones generan un flujo de motivación que se autorregenera con el propio funcionamiento del equipo. Todos trabajan con el punto de mira a un mismo objetivo con lo que las diferencias entre ellos generan nuevos conocimientos entre ellos.

5. Agilidad

En un entorno donde los equipos no siguen una jerarquía concreta los miembros se mueven por valores, no por personas.  En general, las estructuras horizontales funcionan muy bien en empresas de pequeño y mediano tamaño, ya que el número de empleados a organizar es mucho menor y el establecimiento de objetivos y variables clave se hace más fácil. La adaptación a posibles cambios del entorno es menos traumática en un entorno flexible.

Estos 5 valores propician la implantación de una organización horizontal, aunque no debemos olvidar complementarlo con las propiedades características de una organización vertical como son el control y especificidad de los equipos, mediante herramientas digitales de colaboración.La gestión de estos equipos debe permitir el control del trabajo a realizar. Libertad, autonomía y autogestión no significa caos ni que se tomen decisiones individuales sino que el rumbo de la empresa siempre debe ser claro siguiendo unos valores y una dirección

16 de diciembre de 2020

#Tip8_5 razones para la transformación

En el momento actual de incertidumbre en el que nos encontramos no es fácil tomar decisiones en cuanto al rumbo que deben tomar nuestras empresas, ya sean de pequeño, medio o gran tamaño. Las restricciones establecidas por las administraciones, cambiantes y pendientes constantemente de los índices de salud llevan a que la sociedad civil deba decidir de forma individual a cuestiones colectivas, bajo el marco de la solidaridad y responsabilidad. Y si, además, gestionamos empresas tenemos otras variables sobre las que incidir ya no para crecer sino para mantenernos a flote. En este contexto puede aparecer el miedo a emprender o cambiar objetivos. Este miedo muchas veces paraliza y junto con la incertidumbre nos encontramos con un caos mental difícil de digerir. Sin embargo, las situaciones adversas también impulsan la creatividad como medida para salir adelante y sobrevivir y sobre todo, transformarse para adaptarnos a las nuevas perspectivas.

En el #Tip8 de monshot de esta semana presentamos 5 razones para transformar la organización y gestión de nuestros negocios. Acompañamos los tips con un par de ejemplos reales de negocios que han sabido adaptarse rápido a la nueva situación. Compararemos las variables marcadas para el año 2020 antes de la aparición de la COVID-19 y la revisión de las variables ya en pleno contexto pandémico.

TIENDA ROPA: Negocio local de barrio que ofrece artículos de ropa femenina a precios ajustados. Al aparecer la pandemia y la bajada drástica de ventas, la propietaria del negocio empezó a publicar stories en Instagram enseñando los artículos y mostrando las ofertas. También realizaba directos con lo que interactuaba con las clientas enseñando prendas bajo petición. Consiguió aumentar la facturación un 180%.

PESCADERÍA:  Servicio de venta de pescado tradicional, tan tradicional que no tenían ni TPV. Durante la pandemia se digitalizan (TPV + redes sociales) y saben comprender lo que realmente hace vender: el aspecto de la parada del pescado con lo que deciden hacer un video cada mañana y difundirlo por whatsspp, facebook, etc. Aumentan un 260% las ventas.

  • 1. ¿Para qué?

Ante nuevas situaciones hay que revisar el PARA QUÉ creamos nuestra empresa. ¿Por qué motivo decidimos emprender? ¿Qué queremos aportar? ¿Qué queremos conseguir?. La respuesta seguramente será diferente a la que nos empujó a empezar con la aventura.

  • 2. Para adaptarnos a nuevas situaciones, nuevos objetivos

Ante nuevas realidades es imprescindible revisar los objetivos que teníamos marcados para valorar si siguen vigentes o hace falta adaptarlos a la nueva realidad. 

  • 3. Competencia cambiante

Si nos quedamos a observar y esperar que ocurran cosas, veremos claramente que nuestro entorno cambia. No es momento de perder el tiempo porque nuestra competencia también quiere adaptarse. La tardanza en la reacción hará que nos quedemos atrás.

  • 4. Digitalización

Aplicar la tecnología en estos momentos es crucial. Para fidelizar al cliente actual e incluso llegar a nueva población es imprescindible integrar las herramientas digitales en la gestión. No es un gran esfuerzo económico ya existen muchos canales gratuitos, al menos para empezar.

  • 5. Estático vs dinámico

A pesar de la aplicación de pequeños cambios no debemos cometer el error de pensar que ya se han tomado medidas que nos harán transitar en la situación actual y superarla sin más. Si las medidas no funcionan hay que adaptarlas e ir transformando el Para qué, los objetivos y las acciones a la necesidades del cliente y a la propia dinámica del negocio. No nos podemos quedar parados.

Las medidas que facilitan la adaptación a nuevas situaciones no son fáciles de diseñar. Para lograr un diseño adecuado debemos enfocarnos hacia un pensamiento dinámico en consonancia con las características de la situación social. Las jerarquías y protocolos fijos dejan de funcionar en un entorno cambiante, por tanto, es necesaria una mentalidad ágil que debe hacernos crecer y vivir el proceso como un aprendizaje del equipo, mayor conocimiento de la empresa, transparencia en las decisiones e implicación de todos los miembros del equipo, focalizados y alineados hacia la consecución de los nuevos objetivos marcados.

En The secrets to transformation success publicado en McKinsey & Company se amplían los conceptos y principios para una transformación exitosa.

9 de diciembre de 2020

#Tip7_KPI’s o índices estratégicos ¿qué, cómo y cuántos?

Anteriormente, en el #Tip3 Indicadores y métricas ¿son útiles? hablábamos de la importancia de establecer métricas para controlar aquellas variables que para nuestra organización son estratégicas. En este artículo lo pondremos a la práctica.

Esas métricas se definen cómo KPI’s, acrónimo en inglés de Key Performance Indicator, que traducido serían los índices claves de desarrollo o del negocio.  

Cuando dispones de muchos datos e información es fácil perderte en ellos para establecer estas métricas y normalmente se establecen indicadores interesantes pero no estratégicos. La disposición de muchos índices puede desviarnos de nuestro foco así que es primordial establecer pocos KPI, pocos y cualitativos.

Para ello, es importante definir y determinar qué información es clave y cómo quieres medirla para que ayude a la toma de decisiones y la consecución de los objetivos establecidos.

¿Cómo debe ser un KPI?

Un indicador debe cumplir las siguientes características para que aporte el valor que se precisa:

  • Medible, cuantificable e interpretable fácilmente.
  • Simple y directo para qué conteste a tus preguntas. 
  • Continuo en el tiempo para poder comparar resultados y conocer su evolución.

Entonces, ¿cómo determinamos nuestros KPI?. Pasos: 

  1. Identificar qué parte de nuestro negocio tiene valor estratégico y qué información necesitamos.
  • Identificar y facilitar la fuente de datos e información (ejemplos: ERP contable, software de inventario, fuentes públicas de información para el estudio de mercado, LinkedIN, CRM propio…)
  • Tener en cuenta el contexto actual (mercado y competencia) para tener perspectiva de la información que aportará el KPI.
  • Que no sea estático y nos dé información concreta de un momento. Es preferible que sea dinámico y corriente para poder comparar su valor en distintos momentos del tiempo.
  • El KPI debe ser la medida que nos permita controlar el KR (Resultado clave) que haremos determinado como respuesta a un objetivo marcado, siguiendo el marco de trabajo de los OKR.

TIPS:

  • Establecer 2 o 3 KPI’s, un mayor número nos distrae de los objetivos.
  • Ser realista y establecer KPI que nos den información de como trabajamos y no nos determinen objetivos inalcanzables, aunque los deseemos.
  • Asegurarnos del acceso a los datos. 
  • Escoger el software oportuno para el diseño del KPI.

Siguiendo con el ejemplo que presentamos en #TIP2, el punto de arranque era una empresa suministradora de material de papelería con problemas en el control de stock. Con un diseño y elaboración de KPIs en un marco de aplicación de OKRs se habrían ahorrado muchos problemas, uno de ellos la falta de comunicación.

Principalmente se encontraban con que el personal de almacén no controlaba ni actualizaba el control de stock, con lo que el resto de departamentos (compras, finanzas y comercial) no eran conscientes de la rotura de stocks. Por lo tanto, no se hacían compras al proveedor para reponer los artículos, no se controlaba el flujo económico y el departamento comercial seguía ofreciendo el producto a los clientes sin tener en cuenta que el tiempo de entrega no era el óptimo

.Con la aplicación de los siguientes KPIs podrían haber detectado el problema desde dos perspectivas:

Mide la velocidad en que se repone el stock. Así se pueden detectar cuáles tienen mayor rotación y establecer estrategias comerciales para aumentar sus ventas y dar salida a los de menor rotación.

Esta métrica nos indicará la evolución de las ventas en relación con lo esperado. Si el índice es menor a 1 podemos tener rotura de stock, ya que este estará calculado sobre la demanda esperada.

La disposición de estos KPIs en formatos colaborativos donde todas las personas implicadas del equipo tengan acceso permitirán que en cualquier momento salten las alarmas para la toma de decisiones o al contrario, nos tranquilicen el alma. De ahí, que es crucial disponer de ello y no depender de la intuición. Aunque muchas veces la intuición acierta es recomendable que la evidencia de una métrica nos dé la razón.

2 de diciembre de 2020

#Tip6_AGILE, ¿el qué?

Si eres más o menos curioso/a y te interesa todo aquello que transcurre en el campo de la gestión, seguramente investigues sobre ello y muy probablemente habrás chocado o te habrán llegado muchísimos inputs de herramientas, procesos, metodologías definidas como Agile. Aparece la palabra Agile por todos partes. Entonces, es probable que utilices el sentido común y la comprensión lectora y estés de acuerdo con lo que lees porque…. sí, de lo que te hablan, es una herramienta ágil que te ayudará a mejorar la gestión de tu organización en el día a día. Sin embargo, la implantación de una des esas herramientas, tecnologías o procesos no convertirán tu organización en Agile. Este concepto va mucho más allá.

La palabra Agile no se limita a identificar a un conjunto de herramientas que permiten una gestión más flexible, adaptable y eficaz sino a una cultura organizativa diferente, a una forma de pensar y trabajar distinta a lo tradicional. El Manifiesto Agile fue firmado en el año 2001 en Utah (USA) por un conjunto de desarrolladores de software para transformar la industria.  Empezó como un movimiento en el desarrollo de software, pero sus principios se empezaron a aplicar en infinidad de campos como referencia al cambio cultural, organizativo, estructural y operativo cuando al adoptar la mentalidad ágil de manera integral. Sería exportado al resto de ámbitos productivos y de servicios.

Este concepto queda bien ilustrado con la infografía de la consultoría especializada en Agile ActioGlobal:

Gráficamente nos muestra que si pienso bajo el prisma Agile, tomo decisiones que van en el mismo sentido y aplico herramientas que me llevarán a mis metas.

En ese manifiesto se definen los 4 valores de negocio y los correspondientes 12 principios que deben compartirse entre todos los miembros de una organización y deben ser la filosofía a seguir por todos aquellos que creen en la transformación:

Aplicando estos valores, reforzados por los 12 principios, sobre todo el modelo operacional obtendremos la transformación que permitirá añadir valor a la organización:

En cuanto a la Estrategia, se establece un North Star (objetivo común) para toda la organización, una estructura en forma de red de empleados capacitados y equipos multifuncionales, autogestionados para actividades recurrentes (servicio al cliente) y agrupación de flujos de trabajo. Los procesos se definen como ciclos iterativos y rápidos de toma de decisiones, integrando el aprendizaje. Las personas deben estar abiertas al cambio, dinámicas y entregadas. Y debe aplicarse la tecnología en aquellas empresas que no lo hayan hecho, mediante softwares de gestión colaborativa e integrales.

A través de IEBS, el profesor Jean Louis Perez Abreu aporta la siguiente infografía, gráfica y directa que transmite claramente los valores y principios del marco AGILE. 

En el recuadro rojo, se representa el marco de trabajo tradicional de realización de los procesos, enfocados al resultado final y a la entrega final del producto. En el recuadro verde, se representa el marco Agile, focalizado completamente en la necesidad del cliente, en las iteraciones y la entrega de valor constante. Esta entrega solo puede realizarse mediante equipos de trabajo dinámicos y flexibles, que interactúan y toman decisiones rápidamente con el objetivo de satisfacer al cliente desde el inicio del proceso, con entregas cortas de valor. En cada entrega de producto, superamos el valor entregado en la anterior entrega hasta conseguir la máxima satisfacción del cliente. 

Ligados a estos valores, es muy recomendable la lectura del artículo publicado en McKinsey&CompanyOrganizing for speed: Agile as a means to transformation in Japandónde se analizan, desde el contexto actual con la pandemia COVID, las características estructurales de la industria de ese país, la cual facilita incentivos y oportunidades para la transformación de sus empresas hacia un entorno Agile y la posibilidad de transformación de sus empresas.  El cambio hacia la cultura Agile no tienen que ser el objetivo final sino el medio para captar más valor en la organización (mayor satisfacción del cliente, mayor satisfacción del empleado).

25 de noviembre de 2020

#Tip5_6 beneficios de la digitalización en la gestión colaborativa

Siguiendo la estela del Tip anterior, #Tip4 Deporte, equipos y herramientas colaborativasen este artículo nos adentramos un poco más en los beneficios que aporta utilizar herramientas colaborativas.

Recordemos que definimos el trabajo colaborativo como las relaciones que se establecen entre los miembros del equipo de trabajo para desarrollar formas de comunicación que permitan ahorrar en tiempo y mejorar en eficiencia para la consecución de un objetivo o para llevar a cabo un proyecto determinado. Hasta hace unos años, se entendía el desarrollo de los flujos de información en organizar reuniones, focus grup y comisiones de trabajo focalizadas en algún objetivo concreto. Reuniones presenciales.

Actualmente, estas formas de comunicación han derivado hacia la necesidad de la digitalización de estos procesos, la cual se hace casi imprescindible; no solamente debido a la necesidad de mantener distancia social, teletrabajar y evitar contactos innecesarios, sino a las necesidades en sí de hacer más eficiente la comunicación. Esta tendencia ya era vigente antes de la pandemia. 

La digitalización de los procesos organizativos nos permite lo siguiente:

  1. Aprovechar mejor el tiempo.

La reducción del tiempo invertido en comunicar y transmitir información es abismal en el contexto del que hablamos. Casi la totalidad de las herramientas y plataformas colaborativas se desarrollan en entornos web, con lo que puedes acceder a ellas desde cualquier rincón del planeta. 

Además, están diseñadas en entornos tecnológicos ágiles, muy intuitivos y fáciles de entender con lo que el usuario intuye rápidamente como se utiliza. El tiempo destinado a formación básica para su uso no es necesariamente muy amplio.

2. Relaciones y flujos de información.

El uso de estas herramientas y la configuración y organización del equipo en ella (accesos, permisos...) permite que de forma muy directa la información fluya entre los horarios. Además, queda plasmado en los paneles, tableros, tareas con lo que el resto de usuarios pueden ver como fluye esa información entre el resto de compañeros. Todos el mundo está al día del desarrollo del proyecto.

3. Gestión de equipos multidisciplinares.

El uso de herramientas colaborativas nos permite adaptar el trabajo a grupos flexibles (dar de alta/baja a usuarios cuando queramos) y dar respuesta a objetivos comunes, aunque los usuarios provengan de distintas especialidades de formación y/o know how.  Esta diversidad, en un inicio, puede exigir mayor esfuerzo para determinar las formas de comunicación pero se consiguen equipos más productivos y eficaces.

4. Alineación del equipo.

Al tener todos accesos a las actualizaciones de avance del proyecto, documentos, archivos y links de interés hace que todos estén focalizados hacia el objetivo marcado. Nadie se pierde información de interés con lo que todos los usuarios saben dónde estamos. Todo esto favorece la alineación de equipo y la actualización simultánea de información para todos.

5. Contribución al aprendizaje del resto.

La interacción entre usuarios que forman un equipo multidisciplinar y heterogéneo siempre da lugar a la creación de sinergias y al intercambio de conocimiento. Este hecho es muy motivador para todos y sobre todo beneficioso para la organización y la consecución de los objetivos comunes. Todos aprenden de todos y la aportación conjunta del equipo a la compañía crece exponencialmente.

6. Perfiles Agile.

Los usuarios con perfiles Agile que trabajan de forma flexible, con capacidad de adaptación y aceptación a cambios constantes, con objetivos dinámicos y acostumbrados a interrelacionarse con personas de variados perfiles son los que mejor se adaptan a estas herramientas.

Las ventajas descritas nos ayudan a implementar e invertir en herramientas colaborativas, pero no hay que olvidar que su uso eficiente dependerá de la implicación del equipo, motivación y responsabilidad. El resto de mortales que todavía no han alcanzado un perfil Agile no deben olvidar que esta transformación es el camino y que los entornos VUCA (volátiles, inciertos, complejos y ambiguos) ya no son el futuro, los tenemos aquí. Ya. Y llegaron para quedarse.

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© Montse Dinarès 2020

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