16 de marzo de 2021

#Tip18_Pymes_Empatizar con el cliente

Desde la perspectiva de cualquier Pyme existe a menudo la idea de que quién desarrolla el producto ya sabe lo que necesita el consumidor o cliente. Muchas veces, es cierto aunque por pura coincidencia o inercia del mercado, pero en cualquier momento esta perspectiva puede cambiar. Es por ello, que cabría tocar más de pies en el suelo y pensar que, muy probablemente, las necesidades y expectativas del cliente pasarán a ser otras sin aviso previo. Por tanto, hay que tener la visión de adaptarnos a estos cambios si queremos resistir e incluso avanzar.  

Nos servirá de ejemplo la perspectiva de un consultor. Cabe esperar que este esté formado y se mantenga actualizado con las herramientas y métodos que hay disponibles para realizar asesorías diversas. De este modo, su tarea más fácil es recomendar y aportar herramientas existentes. Con el desarrollo tecnológico actual y las mejoras constantes, las posibilidades de mejora en la gestión son infinitas. La dificultad está en que estas herramientas sean la respuesta adecuada a las necesidades de cualquier empresa. Así, es imprescindible que el papel del consultor no sea un vendedor de herramientas sino más bien y como prioridad, saber escuchar, entender las necesidades, preocupaciones y los objetivos del cliente. 

En este artículo presentamos 4 valores o visiones imprescindibles que cualquier empresa debe tener en cuenta para trabajar de forma enfocada al cliente

  1. Empatía 

El diccionario de la Real Academia Española define la Empatía como: 

f. Sentimiento de identificación con algo o alguien. 

f. Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. 

Cómo ya hemos dicho, el principal objetivo de una Pyme es vender un producto y/o servicio. Para acertar con el diseño o las características de estos debemos conocer al dedillo qué es lo que busca o necesita el futuro cliente y cómo evolucionará el actual cliente para poder mantenerlo fiel a su compra. 

La empatía es una variable importantísima para realizar análisis de demanda y para ello debemos de tenerlo muy cerca durante nuestro proceso de desarrollo. 

Siguiendo con el ejemplo del consultor, este no puede aconsejar ni proponer nada si no se pone en los zapatos de la persona que está contando sus preocupaciones. Debe identificarse con ella y ponerse en su lugar al máximo. 

Está claro que el conocimiento de la empresa, su gestión diaria y su evolución en el tiempo la tiene el cliente, pero el problema existe y muchas veces, una visión externa, poco ‘contaminada’ con el día a día puede aportar propuestas que den un poco de luz. Para ello es imprescindible conectar con quién te está hablando y compartir inquietudes. 

  1. Design Thinking 

El Desing Thinking es una metodología de trabajo basada en la empatía y la integración del cliente en los procesos de desarrollo de productos y servicios. Esta forma de trabajar tiene su origen en la Universidad de Standford de California durante la década de los 70 en un contexto donde se trabajaba la innovación en el sector del diseño y desarrollo del producto. Con los años se convirtió en una herramienta generadora de innovación y aplicada en cualquier otro sector. La implicación del cliente en el proceso productivo permite mejorar estos procesos, definir negocios muchos más cercanos al consumidor finar y mejorar la experiencia del usuario. 

En el vídeo Metodologia Design Thinking podéis ver una explicación detallada de la metodología y algunos ejemplos de su aplicación.  

Podría aplicarse en cualquier resolución de problema que tengamos, ya sea como consultor o como fabricante de lápices. El consumidor final es quien tiene la necesidad a cubrir y, por tanto, integrar el cliente en las fases del desarrollo puede ayudar a obtener un producto no muy alejado del que el cliente necesita. 

El consultor debe estar en las entrañas de la empresa a la la que asesora: conocer, compartir, observar,  escuchar, escuchar y otra vez, escuchar para tener el pálpito exacto de las inquietudes de la persona que tiene en frente. 

  1. Acompañar en la decisión de cambio 

Una vez integrado el cliente en el proceso de producción y realizado el ejercicio de ponerse al lugar del otro para entender sus necesidades e inquietudes del cliente, se identifican las mejoras necesarias que hace falta aplicar. El cliente forma parte del engranaje y favorecerá una entrega de valor más próxima a sus necesidades. 

Está claro que para la mejora en la gestión es necesario un cambio y el papel del consultor es acompañar.  Aportar conocimientos y experiencia facilitan ese acompañamiento así como proponer soluciones prácticas para implantar en la empresa para encontrar la forma óptima de cambiar aquellas dinámicas que dan lugar a las preocupaciones. 

  1. Nueva cultura de gestión 

Cuando se deciden aplicar las mejoras decididas, ya sea a nivel técnico como estratégico, no necesariamente nos encontramos en el final del proceso, al contrario. No son medidas definitivas y ya podemos seguir tranquilos. Los cambios son constantes y por tanto, la adaptación también debe ser constante. 

La aplicación de una metodología ágil no nos convierte ya en empresa ágil sino que se trata de un cambio en la manera de decidir, de hacer, de pensar y de proponer. Aplicamos una medida para conseguir una mejora y ya debemos estar pendientes de identificar otros puntos de mejora para seguir avanzando y mejorando. 

Cabe estar pendiente de las mejoras introducidas, sus efectos y la necesidad de adaptación constante de ellas si no dan los resultados esperados, los cuales muchas veces son a medio y largo plazo mientras hay ansia de obtenerlos pronto. 

Muchas veces, las inquietudes del gestor han aparecido muchísimo antes del primer encuentro con el consultor y por tanto, la gestión lleva una inercia lejana en el tiempo. Ello nos lleva a pensar que los cambios para la mejora deben ser integrados poco a poco en la manera de trabajar y de comunicarse entre miembros del equipo. 

Para ampliar está visión enfocada al cliente podéis leer el #Tip15_AGILE _V3_Colaboración con el cliente sobre negociación contractual del blog de monshot donde priorizamos como nos relacionamos con el cliente en vez de qué firmamos en un contrato. Además, en la red podéis encontrar muchas referencias de uso y ejemplo de la metodología Design Thinking presentada en este artículo. 

9 de marzo de 2021

#Tip17_Pymes_Las 5 flaquezas más comunes en la gestión

En el #tip12 de monshot, Pymes_Aclarando conceptos, nos centrábamos en los conceptos estratégicos que debían conocer y controlar los gestores de las Pymes, las cuales conforman un porcentaje altísimo de la red empresarial que nos rodea. También nos fijamos en que estas empresas están lideradas por profesionales con vocaciones liberales que empezaron como emprendedores o heredando un negocio familiar con tradición gestora un tanto obsoleta. En ambos casos, tanto el talento como la inercia histórica del negocio les han permitido subsistir e incluso, de forma exitosa, desde que fueron creadas. Sin embargo, acompañado de estas virtudes existen una serie de flaquezas generalizadas en la gestión de las Pymes que, si se afrontan, las probabilidades de seguir el camino con éxito y la mejora en la gestión son mayores.

En este artículo, presentamos las debilidades más comunes en la gestión de las Pymes. Allá vamos.

  1. Triunfar sin estrategia

La inspiración emprendedora, el talento creativo, el acierto en la creación de valor, echarle horas y recursos son motivo, hasta el momento, del éxito de muchas Pymes. En el contexto actual, donde todo ocurre tan rápido y la información se transfiere velozmente, diferenciarse y potenciar las propias fortalezas es clave.

Para ello es imprescindible acompañar todo el talento con la determinación de unos objetivos. La estrategia se basa en eso, marcar estos objetivos a medio plazo y pensar de qué manera los queremos llevar a cabo. No solo concretar hacia donde queremos ir sino también la manera de enfocarlos, de forma concreta y mediante acciones detalladas.

Propuesta: Establecer el marco de trabajo de los OKR’s – Objetivos y Key Results para marcar la pauta de la consecución de los objetivos marcados. Para más información podéis leer #Tip1_OKR’s, 5 ventajas.

2. Vivir solo del talento

En relación con el anterior punto, el talento es una clave imprescindible para seguir creciendo. No obstante, no puede dejar de ir acompañado de otras variables que lo refuercen:

  • Organización del equipo y del tiempo.
  • Uso de herramientas sencillas de control para el cumplimiento de los objetivos y mejora en eficiencia.
  • Asignación de responsabilidades.

Propuesta: Diseñar y disponer de un decálogo de roles y normativas que alineen el equipo. Descripción de las líneas de trabajo para la consecución de un fin común. Debe ser un documento accesible, vivo, flexible y adaptable a nuevas circunstancias y cambios del entorno.

3. Centrar la gestión en la tesorería

El día a día, apagamos fuegos, no podemos cumplir con lo que teníamos previsto hacer debido a interferencias varias y no nos permitimos discernir entre lo urgente y lo importante. Eso ocurre en cuanto a organización del tiempo y  las prioridades. Si vamos mucho más allá, este pequeño caos diario deriva hacia el descontrol propio del negocio y dejamos que sea el saldo bancario el que marque si vamos bien o no: ‘A final de mes, ¿podemos pagar las nóminas y la Seguridad Social? Sí, pues sigamos remando...’.

La tesorería no es siempre un buen indicador de la salud del negocio; Sí, a corto plazo, pero debe ir acompañado de otras variables que nos dan una visión más amplia del funcionamiento de la empresa.

Propuesta: Diseñar y disponer de una plantilla basada en previsiones de tesorería (cashflow) junto con indicadores clave de rentabilidad.

4. No disponer de indicadores

Siguiendo con el foco puesto en la tesorería, debemos complementarlo con otros indicadores y estableciendo algunas pautas que nos permitan controlar el funcionamiento del negocio.

¿Qué líneas de negocio son más rentables? ¿A qué líneas de negocio dedicamos más horas? ¿el equipo es productivo?

Propuesta: Establecer y negociar con los proveedores y clientes condiciones de pago y cobro que nos permitan disponer de un saldo de tesorería estable. Acompañar estas previsiones con índices de rentabilidad de las líneas de negocio y la dedicación del equipo

5. No analizar al cliente

En perfiles de empresas pequeñas se suele confundir el creciente número de clientes con el buen funcionamiento del negocio. A veces coincide pero, como hemos dicho, si no lo analizamos junto con otras variables, es probable que nos equivoquemos. De ahí que es necesario saber qué tipos de clientes tenemos y qué aportan a la empresa, analizarlos y valorarlos nos da mucha información:

¿Qué perfiles de clientes son más rentables?

¿Cuáles son los que nos proporcionan más margen?

De los que no nos proporcionan margen, ¿son estratégicos para la entrada a un sector nuevo? ¿vale la pena?

¿A qué tipo de cliente dedicamos más horas?

Propuesta: Diseñar y disponer de un CRM (Customer Relationship Manager) sencillo para tener una descripción y poder gestionar la tipología de clientes. Establecer indicadores con relación a ellos, desde el primer contacto, a la aceptación de presupuestos hasta la facturación y dedicación del equipo a ese cliente.

Como conclusión diremos que aunque estos mecanismos presentados no estén establecidos en una Pyme, los líderes de estas empresas conocen perfectamente su funcionamiento, el sector donde operan, el perfil de clientes, su inercia, qué hace la competencia….la experiencia es un grado y de mucha importancia en una Pyme. Introducir estas simples herramientas pueden aliviar al gestor de la carga diaria disponiendo de un cuadro de mandos que le avise cuando tenga que tomar decisiones. El primer paso es darse cuenta de ello, aplicarlo y las mejoras llegan.

2 de marzo de 2021

#Tip16_AGILE _V4_Respuesta ante un cambio sobre seguir un plan

El cuarto y último valor del Manifiesto Agile cierra en monshot el ciclo de celebración de la publicación de este Manifiesto, el cual cumplió 20 años el pasado mes de febrero. Estos valores, a pesar de los años transcurridos siguen de actualidad con el foco puesto en la adaptación de las empresas a las nuevas realidades y necesidades de sus futuros clientes en entornos cambiantes.  

Este cuarto valor se centra tanto en el proceso de desarrollo del producto como en el diseño en sí, siempre desde un punto de vista flexible. No pone el foco en el resultado final. 

En artículos anteriores ya dijimos que la prioridad de la cultura ágil en la gestión empresarial es la entrega de valor al cliente, sin esperar a tener el producto o servicio completamente desarrollado desde la perspectiva del cliente. La integración del consumidor final en las fases de desarrollo favorece la adaptación del producto a las necesidades y, por tanto, a la entrega de valor de forma más rápida y eficiente. En este contexto, es casi imperativo entender este cuarto valor bajo el prisma otra vez de la flexibilidad y adaptabilidad a los cambios. 

En el blog de monshot, monBloc, podéis leer el artículo #Tip6_AGILE ¿el qué?, que contiene un breve resumen del contenido del Manifiesto Agile así como los #tip13#tip14 y #tip15 donde comentamos los otros tres valores del Manifiesto. 

RESPUESTA ANTE UN CAMBIO SOBRE SEGUIR UN PLAN 

¿Qué nos dice? 

  • Priorizar la adaptación de los procesos de desarrollo ante un cambio de objetivo/necesidad que pretender mantener la planificación marcada. 
  • Aporta más valor la respuesta ante un cambio inesperado que no la capacidad de seguir una norma establecida.  
  • Seguir el plan sin focalizarnos en el cambio dará un resultado final no alineado con las nuevas necesidades de los clientes. 
  • Agilizamos el proceso en favor de la aportación de valor al cliente. 

¿Para qué? 

  • Para evitar eternizar un plan descrito. Si hay cambios en este contexto, hay que cambiar primero el plan y se ralentiza la entrega de valor al cliente. 
  • Ofrecer un producto más integrado a las necesidades del mercado y que se van adaptando las nuevas necesidades al desarrollo. 
  • Priorizar la entrega de valor a seguir una planificación establecida a priori. 
  • Reducir y agilizar los tiempos de entrega del producto y adaptarlo de forma más rápida. 

Un buen ejemplo de cambio de planes nos lo aporta Alexander Menzinsky: ‘si viajamos de Madrid a Zaragoza y hemos planificado un viaje de 3 horas, si resulta que hay una tormenta a medio camino, bajamos de 100 km/h a 60 km/h y aceptamos sin más que el viaje serán 4 horas’, ¿Por qué nos cuesta más aceptar el cambio en nuestra vida profesional? Podéis leerlo en su blog ¿La respuesta al cambio por encima del seguimiento de un plan?

El manifiesto Agile no niega en ningún caso que no deba gestionarse basándonos en una planificación ni mucho menos. Gestionar desde la planificación y la consecución de unos objetivos siempre es necesario e imprescindible para seguir una ruta y misión marcada en la empresa. Sin embargo, esta planificación debe ser flexible, precisamente para poder adaptarla a los cambios no previstos. Por tanto, en la agilidad sí que planifica pero en períodos más cortos. 

Si nos empeñamos en seguir un plan ¿cómo mantendremos la dirección hacia unos nuevos objetivos marcados por un cambio? Un plan perfectamente detallado en su práctica nos conduce a la inmovilidad y a la poca cintura ante situaciones nuevas y por ello es necesario planificar con periodos más cortos, adaptándonos a las circunstancias. Y como vemos, hoy más que nunca, los contextos y entornos van cambiando, las personas se van adaptando a ello, y por consiguiente, sus necesidades también cambian. 

23 de febrero de 2021

#Tip15_AGILE _V3_Colaboración con el cliente sobre negociación contractual

Photo by Klemens Köpfle on Unsplash

Messi confiaba en el club. Confiaba en sus valores. Y cuando se encontró en una situación problemática tiró de contrato’. Así analiza Guillem Hernández Sola en su artículo ¿Por qué es tan importante la colaboración con el cliente por encima de la negociación contractual?, el choque frontal de Messi con la directiva del club el verano pasado. Muy apropiado para ver de qué va este tercer valor del Manifiesto Agile, el cual cumple 20 años este mes de febrero. 

El Manifiesto lanzó en su momento unos valores (y sus principios asociados) que pretendían un cambio de cultura empresarial en el sector del desarrollo informático. Fue tal el impacto de esta posible transformación que 20 años después siguen vigentes y son un recurso para aquellas organizaciones que se plantean cambios estratégicos y metodológicos. 

Uno de los valores en lo que se basó fue el papel del cliente en el desarrollo de los productos y servicios. En organizaciones tradicionales, el producto no se entregaba al cliente hasta que estaba totalmente desarrollado bajo los cánones diseñados por la propia empresa, con lo que, si el producto no era bien aceptado o no estaba bien adaptado a las necesidades del cliente, debías empezar de 0 a crear uno nuevo.  

Una de las bases del movimiento Agile es la entrega rápida de valor al cliente con lo que se puede validar si el producto funciona o no, obteniendo feedback de los consumidores para readaptar el producto, corregir errores y mejorarlo. Para ello, es necesario que el cliente esté integrado en todo el proceso y no se considere simplemente el consumidor final. El tercer valor del Manifiesto Agile se centra en la relación con el cliente, lo analizamos brevemente a continuación para su reflexión.  

En el blog de monshot, monBloc, podéis leer el artículo #Tip6_AGILE ¿el qué?, que contiene un breve resumen del contenido del Manifiesto Agile así como los #tip13 y #tip14 donde comentamos los dos primeros valores del Manifiesto. 

COLABORACIÓN CON EL CLIENTE SOBRE NEGOCIACIÓN CONTRACTUAL 

¿Qué nos dice? 

  • Priorizar la relación directa con el cliente sobre los acuerdos contractuales. 
  • Integración del cliente en el proceso de desarrollo del producto o servicio. 
  • Establecer relaciones de confianza y no un juego de suma 0, dónde lo que gana uno pierde el otro. 
  • Creación de sinergias proveedor/cliente. 
  • Focalizarnos en los acuerdos verbales en vez de en la redacción de documentos pesados con dedicación excesiva de tiempo y recursos. 

¿Para qué? 

  • Para considerar las dos partes cómo iguales integrando el cliente en el proceso de desarrollo del producto donde todos ganan: win-win
  • Las dos partes se centran en obtener mejoras y resultados en vez de a la confrontación contractual. 
  • Obtención temprana de feedback y por tanto, mayor adaptación del producto a la necesidad del cliente. 
  •  Evitar pérdidas de tiempo y plazos largos debido a la dedicación excesiva a negociación y redacción de acuerdos contractuales. 
  • Agilizar el proceso de desarrollo del producto y hacerlo eficiente con la colaboración del cliente. 
  • Aproximarnos de forma temprana a las necesidades del cliente. 

Este valor no pretende anular por completo la existencia de documentos que confirmen contractualmente la relación comercial entre proveedor y cliente, sin embargo, pretende centrar en el foco en la relación en vez de mantener una 'lucha' de negociaciones para obtener un resultado de suma 0, en el que quién pierde algo lo gana el otro y viceversa. Se trata de crear sinergias y complementar esfuerzos para crear un producto de calidad que se adapte completamente a las necesidades a cubrir del cliente. 

Volviendo al caso Messi, la inexistencia de transparencia, confianza, claridad y rumbo marcado hicieron que ambas partes tiraran de contrato. Esto es lo que pretende evitar la agilidad. En artículos próximos abordaremos cómo integramos de forma práctica los clientes en los procesos de desarrollo del producto o servicio. 

16 de febrero de 2021

#Tip14_AGILE _V2_Software funcionando sobre documentación extensiva

Seguimos desgranando los valores que aportó el Manifiesto Agile hace justo estos días 20 años. Esta semana nos enfocamos hacia el segundo valor de los 4 que forman la base de las metodologías Agile.

Los valores Agile nos transmiten los cambios culturales necesarios para convencer al público de que nuestro servicio o producto le aporta valor y le cubre sus necesidades. Los valores que predica el manifiesto no son herramientas, ni medidas ni métodos concretos, cada cual desarrollará y aplicará el que crea conveniente para conseguir la aportación de valor. Es un cambio de chip, un avance en la mentalidad y una forma de pensar, incluso de ser. Salir de lo estático para ir a lo dinámico, de lo inmóvil a la flexibilidad para adaptarse al entorno cambiante y a la creencia y confianza sobre las personas.

En el blog de monshot, monBloc, podéis leer el artículo #Tip6_AGILE ¿el qué?, que contiene un breve resumen del contenido del Manifiesto Agile así como el artículo de la semana pasada dónde nos centramos en el primer valor: #Tip13_AGILE_V1_Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas.

Centrémonos en el segundo valor AGILE: 

SOFTWARE FUNCIONANDO SOBRE DOCUMENTACIÓN EXTENSIVA

Aunque esta premisa se centre en el desarrollo del software debemos entenderlo como el producto o servicio que queremos ofrecer de forma genérica. El sector de la programación informática para el desarrollo de software fue el origen del Manifiesto, pero los valores Agile se extendieron y se adaptaron desde entonces al resto de sectores como nueva manera de trabajar y enfocar las empresas y organizaciones.

¿Qué nos dice?

  • Software funcionando se refiere a funcionar para ser útil y crear valor, funcionando ahora y no después.  Si el producto/servicio funciona y no tiene fallos, al cliente no le importa si el proceso está delimitado y documentado al dedillo.
  • Se centra en la entrega temprana del producto al cliente para conseguir feedback o retroalimentación y la mejora del producto en entregas posteriores.
  • No es necesario documentar de forma excesiva los resultados de los procesos productivos o protocolos de desarrollo del producto.
  • La documentación extensiva crea entornos estáticos con procesos demasiado fijos en el  desarrollo, poco adaptables a cambios del entorno.

¿Para qué?

  • Para avanzar en el proceso y entrega de valor al cliente.
  • Para poner el foco en la retroalimentación con el cliente para encontrar nuevas ideas y localizar errores para cubrir la necesidad del cliente.
  • Para obtener mejoras en las funcionalidades del producto entregable.
  • Agilizar los métodos de producción.
  • Si la documentación no aporta valor final al producto no es necesaria.
  • Crear entornos flexibles en las empresas para poder adaptar los procesos a los cambios externos.
  • Para tratar de centrarnos en mecanismos más dinámicos y flexibles como la comunicación entre el responsable de funcionamiento, el trabajo en equipo y la autonomía.

Con todas estas propuestas, no se pretende eliminar la documentación ni mucho menos. Siempre es necesaria disponer de ella ante dudas y discordancias, pero como apoyo y no como herramienta central para la consecución de unos objetivos. La excesiva disposición de documentación también conlleva a pérdidas de tiempo y disminución de la eficiencia y resolución de problemas. Ante según qué incidencias en un proceso productivo, una reunión rápida de los implicados puede resolver el problema en vez de distraerse en los papeles. Como siempre, hay excepciones, pero debemos quedarnos con la idea de que este valor pretende transformar poco a poco la cultura de trabajo desde la fijación de protocolos a entornos más flexibles para la adaptación a situaciones cambiantes.

Adjunto un link de un artículo de Jose Huerta, gestor TI e Ingeniero de Telecomunicaciones que analiza este valor enfocado en el sector propio del desarrollo de software, pero nos da una visión muy directa y clara de su significado: Software funcionando sobre documentación extensiva

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